Asesoramiento específico
por expertos en olivicultura
en Caspe y la Comarca
del Bajo Aragón.

El olivo es una planta resistente a la sequía, pero un riego adecuado es fundamental, especialmente durante períodos críticos como la floración y el desarrollo de los frutos. Es importante proporcionar la cantidad correcta de agua en el momento adecuado para evitar el estrés hídrico y garantizar un crecimiento saludable. El riego por goteo es un método comúnmente utilizado y eficiente para el riego del olivo.

Los olivos requieren nutrientes esenciales para crecer y producir frutos de calidad. Un suelo bien equilibrado y una fertilización adecuada son cruciales. Antes de plantar olivos, se debe realizar un análisis del suelo para determinar sus necesidades nutricionales. La fertilización se realiza generalmente mediante la aplicación de fertilizantes orgánicos o minerales que contengan los nutrientes necesarios, como nitrógeno, fósforo y potasio, así como otros micronutrientes.

La poda es una práctica fundamental para mantener la salud y la forma del olivo, así como para promover una buena producción de frutos. Se deben eliminar las ramas muertas, enfermas o dañadas, así como los chupones que crecen en la base del tronco. La poda también ayuda a regular la cantidad de brotes y a mantener un equilibrio entre la vegetación y la producción de frutos. Se recomienda realizar la poda en el momento adecuado, generalmente durante el invierno o la primavera, cuando el olivo está en reposo.

Los olivos son susceptibles a diversas plagas y enfermedades que pueden afectar su crecimiento y producción. Es importante realizar un monitoreo regular para detectar cualquier signo de plagas o enfermedades, como la mosca del olivo, el repilo, la tuberculosis o la verticilosis. Se deben tomar medidas preventivas y utilizar métodos de control adecuados, como el uso de insecticidas o fungicidas específicos, siguiendo siempre las recomendaciones y regulaciones locales para el uso de productos químicos.